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27 marzo 2009 5 27 /03 /marzo /2009 01:12
Comentario de
Coyuntura
Económica

www.iep.edu.es
 
  Desde el Instituto Europeo de Posgrado, le remitimos este artículo sobre la crisis financiera internacional escrito por la doctora Dña. Ester Martín-Caro Álamo (directora del Master en Dirección Financiera y miembro del Comité Académico de nuestra Institución). Esperamos que sea de si interés y le ayude a entender mejor el actual escenario económico mundial



La crisis financiera actual; ¿a qué nos enfrentamos?

El escenario de recesión es ya inevitable, pero gracias a los diferentes planes aplicados por las principales autoridades mundiales, la caída del crecimiento podría ser manejable y delimitada en el tiempo.

Al comparar la crisis actual con otras anteriores vemos que existen dos factores fundamentales sobre los que podemos basar esta afirmación; por una parte la actuación rápida y contundente de las autoridades en la crisis actual y, en segundo lugar, el mayor peso relativo ahora del sector público, que le está permitiendo preparar importantes paquetes de rescate bancario e inyecciones de liquidez. Además de la actuación coordinada de las autoridades económicas internacionales.

Es cierto que la caída de las Bolsas supera ya a la observada en la Crisis de 1987 y que se puede afirmar que la situación actual es mucho más complicada. La volatilidad, sinónimo de desconfianza, se ha convertido en el enemigo número uno para las autoridades. Y no va a ser fácil que la confianza se recupere. Pero tarde o temprano tendrá que recuperarse.

¿Entonces, qué es lo prioritario en estos momentos? vemos que las autoridades tienen como objetivo fundamental estabilizar los mercados financieros. Esto es lo mismo que decir que en estos momentos el objetivo oficioso es reducir la volatilidad de los mercados, hacer que su ajuste sea ordenado. Esto pasa por inyectar liquidez o tratar de suplir el funcionamiento de los mercados a la hora de asignar liquidez. Cubrir agujeros, reducir las primas de riesgo en los activos, ofrecer el tiempo que sea preciso para que la confianza vuelva a los inversores. Y hacer todo esto de forma simultánea a una política fiscal expansiva que trate de combatir la recesión de la economía. Es necesaria una combinación de políticas económicas que traten de limitar tanto la duración de la recesión como la posibilidad de deflación. Las autoridades se están empleando a fondo: sólo en Estados Unidos podemos hablar de una cifra total (incluyendo el Plan Obama) superior a los 6 tr.$ que supera ampliamente la suma de los diferentes planes económicos (ajustados por la inflación) a lo largo de los últimos cincuenta años.

No parece existir ya duda de la gravedad de la situación actual, su carácter sistémico. Al final, el casi inevitable ajuste que conlleva con respecto al tamaño y modelo del sector financiero mundial. Pretender entender la Crisis actual nos ha llevado más de un año y muchos economistas reconocen que falta aún información para valorarla en su conjunto y con todas sus implicaciones. Además, algunos aún ven riesgos colaterales que pueden surgir a medio plazo (proteccionismo, un paso atrás en la globalización, inflación a largo plazo pasando por deflación a corto, contracción de los mercados financieros internacionales) que deben valorarse con cuidado.

La Crisis financiera actual, que comprende una Crisis Subprime y una Crisis de Crédito, que puede desencadenar una Crisis Económica y una Hipotecaria, en apariencia no tiene mucho que ver con todas las anteriores que hemos sufrido. Incluido el Crack del 29. Pero el origen es siempre el mismo: los excesos. En la década de los años veinte la bolsa estaba dominada por la especulación, en un contexto de fuerte crecimiento económico y condiciones financieras expansivas. La preponderancia de la economía norteamericana sobre el resto era evidente. La Crisis estalló porque todos los excesos tienen un límite, definido normalmente por el sentido común. Pero fue la gestión errónea de las autoridades, tardía y poco adecuada, lo que agravó la Crisis. La depresión económica, mundial debido al importante peso de la economía y del mercado norteamericano, nos acompañó hasta finales de la década de los años treinta.

En aquel momento fue el estallido de una burbuja en Bolsa, cuando ahora el desplome de las Bolsas es una consecuencia de la Crisis en los mercados de crédito. Es cierto que la volatilidad reciente mostrada por las Bolsas no tiene nada que envidiar a la volatilidad vivida antes del Crack. Pánico, en un contexto de iliquidez. Sí, luchar con la volatilidad extrema en los mercados es prioritario. Dar confianza, “crear mercado”. En aquel momento no había herramientas. Su experiencia, realmente la experiencia de todas las crisis posteriores, nos sirve ahora para delimitar el daño. Pero no para evitarlo. Normalmente los mercados anticipan el crecimiento, ahora su desplome lo condiciona. Es algo que tenemos que tener claro: en el fondo es un ajuste de los mercados. Superada su infravaloración nos enfrentamos a una cuestión de tamaño. Un ajuste ordenado, al mismo tiempo que se diseña un nuevo sistema financiero mundial.


 
  Atentamente le saluda,

Carlos Pérez Castro
Director General
Instituto Europeo de Posgrado
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